sábado, 28 de diciembre de 2024

Mujeres surrealistas que inspiran

 A) Leonora Carrington (Inglaterra, 1917 – México, 2011).

Una de las artistas más prominentes dentro del movimiento surrealista. Su obra abarca pintura, escultura, grabado, textil y joyería, también escribió dramaturgia, novela y cuentos. Sus obras mezclan lo autobiográfico con la ficción, lo cotidiano y lo mágico. Pobladas por seres fantásticos, a menudo animales intermediarios que pueblan la mitología celta, el hermetismo, la cábala y la literatura fantástica.

En 1936, a los 20 años, ingreso a la Academia de Arte Ozenfant en Londres, iniciando así su carrera artística. En 1937, conoció al también artista surrealista Max Ernst, con quien tuvo una relación amorosa. Fue gracias a él, que Leonora se adentró en el movimiento surrealista. Conoció a André Breton y convivio con notables pintores como Salvador Dalí, Joan Miró, Man Ray, Lee Miller y Luis Buñuel. Estos la recibieron como una de sus principales musas y aclamaron su talento, impulsando el desarrollo de su obra.

En 1939, Ernst fue arrestado, lo que provocó que Leonora sufriera de una inestabilidad psíquica. Producto de una invasión nazi, la artista huyó a España en donde fue internada, por su padre, en un hospital psiquiátrico de Santander; un hecho que marcaría su vida y su obra. Años más tarde, logra escapar de su encierro llegando a Lisboa donde conoció al escritor Renato Leduc, con quien se casó y migro a México. Sin embargo, a los pocos años se separa amigable de él. En 1944, conoce a Emerico Weisz, con quien tuvo dos hijos.

En la década del 70, se unió al movimiento feminista en México y creo el poster “Mujeres Conciencia”. En sus últimos años de vida se dedicó a la escultura. En 2011 muere a los 94 años.

  

B) Remedios Varo (España, 1908 – México ,1963)

Aunque su obra se incluye en el surrealismo, se podría decir que rondan más en lo fantástico. Sus obras, a menudo alegóricas, Varo representaba a colegialas de internado que se embarcaban en extrañas aventuras, figuras andróginas y ascéticas absortas en descubrimientos científicos, musicales o artísticos; y mujeres solitarias que vivían una experiencia transcendental. algunas de ellas se parecían a la misma artista, que vivían una experiencia trascendental. Sus pinturas oníricas tienen un tono de otro mundo.

Remedios fue enviada a un estricto colegio católico, en donde debía cumplir con rígidas rutinas escolares: sesiones de oración, confesiones, costura en grupo y cosas por el estilo; estas actividades la impresionaron tanto que servirían de base para algunas de sus obras más famosas. Cuando tenía 15 años fue aceptada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, donde se graduó en 1930. En 1940, producto de la guerra, junto a su pareja huyó al sur de Francia. Luego se trasladan a Marruecos. Tiempo después se embarcan destino a México donde son recibidos como refugiados políticos. Esta experiencia la reflejó en sus pinturas plasmando a personas en tránsito, navegando en embarcaciones precarias, vagando por los bosques, montando en bicicleta por la ciudad o bajando escaleras y con expresiones contemplativas.

Su salto a la fama fue en una exposición colectiva en 1955, cuando Varo ya tenía más de 40 años. En ella mostró obras que trataban del subconsciente, lo místico y lo metafísico; en muchos de esos cuadros, la protagonista se parecía a la artista.  Remedios quiso eliminar el papel de la mujer como objeto de deseo masculino. Por ello, las convierte en brujas, alquimistas y otros seres espirituales. Todas aparecen en mundos místicos que mezclan la realidad y la imaginación. Sus obras son claras muestras de su interés por el tarot, la astrología y la alquimia, que compatibilizaba con su amor por la ciencia, en particular con la geología.

Muere en 1963 a los 54 años de un ataque al corazón. 



C) Grete Stern (Alemania, 1908 – Argentina, 1999)

Precursora del fotomontaje e impulsora de la modernización de la fotografía en Argentina. Entre 1923 y 1925, estudio Artes Gráficas en la Academia de Artes y Oficios Weissenhof, en Stuttgart. Luego estudia fotografía siendo su profesor Walter Peterhans. Junto a su amiga Ellen Auerbach instala un estudio de diseño gráfico y fotografía en Berlín. En 1932, en la Bauhaus de Dessau, cursa dos semestres en el taller de fotografía, estudios que se ven interrumpidos al asumir el poder Hitler. En este contexto, decide emigrar a Inglaterra. En 1935 realiza su primer viaje a Argentina, cuando ya contaba con fama internacional con sus collages experimentales inspirados en el dadaísmo y el surrealismo. Sus fotos se exhibieron en la primera muestra de fotografía moderna en Argentina, exposición organizada por Victoria Ocampo. Al año siguiente se estable permanentemente en dicho país.

Gran parte de la obra de Stern se basa en ofrecer una imagen de la mujer diferente a la que la sociedad patriarcal quería mostrar. La fotógrafa logró crear un lenguaje artístico propio con innovaciones técnicas y comprometida con la ideología feminista.

Su obra más conocida y difundida es la seria “Sueños” que realizó para la revista Idilio. Esta publicación introdujo dos novedades para la época: las fotonovelas y la página “El psicoanálisis te ayudará”, donde se publicaban los “Sueños”. Grete realizó 150 fotomontajes para esta publicación, para entregar cada trabajo a tiempo utilizo a familiares, amigos y vecinos como modelos, complementando con imágenes de archivos personales. El fotomontaje permitía a Stern representar el carácter excéntrico de la realidad onírica. Su tema central siempre fue la mujer en situación de conflicto, abordando el tema de la opresión y manipulación de la mujer en la sociedad de la época, siempre desde el punto de vista de la artista, agregando un matiz irónico complementario al humor mordaz y cortante que caracterizaba a Grete.

En 1985 decide abandonar la fotografía luego de una incesante labor en Argentina. Fallece en 1999 a los 95 años.

                        

D) Dora Maar (Francia, 1907 – Francia, 1997)

Fue una artista plástica, pintora y fotógrafa francesa. Se decía que era una persona callada, orgullosa, muy inteligente y de una ironía fina. Solo sonríe en dos fotografías de las miles de imágenes que se tiene de ella. En 1927, comienza su formación artística en la Escuela de Artes Decorativas en París, además de asistir a la academia del pintor André Lothe. Continuo sus estudios en la Escuela de Fotografía, en donde conoció a Henri Cartier-Bresson, quien la animo a convertirse en fotoperiodista.

En 1934, Dora abrió su propio estudio fotográfico. Deseaba profundizar su exploración de la fotografía. Realizo imágenes de moda, desnudos, retratos, paisajes y fotomontajes con gran influencia del surrealismo. Esta vanguardia le permitía mayor espontaneidad y libertad creativa. Poseía un gran talento, era entusiasta y llena de vitalidad, lo que la llevo a experimentar con varias técnicas como el collage, el frottage, el desenfoque, retrato y paisajes en blanco y negro. Le preocupaba el tema social y con su lente capto la pobreza, la cruda realidad de los lisiados, mendigos y marginados que luego reaparecían en sus montajes surrealistas. Pero a diferencia de otros fotógrafos de aquel tiempo en este tipo de trabajo no primaba el aspecto objetivo ni documental, sino que una búsqueda de simbolismo y de lo freak, que más tarde se podrá observar en las fotografías de Diane Arbus.

Se convirtió en amiga de varios artistas surrealistas, como André Breton, Jacqueline Lamba, Paul Éluard y Nusch Éluar. Fue Breton quien le pidió recoger los dibujos y objetos realizaos por los pacientes psiquiátricos del asilo de Sainte-Anne, sin predecir que más tarde ella misma seria ingresada ahí. Dora se sentía atraía por la muerte y experimentaba con los objetos desproporcionados como en recurso que desestabilizaba nuestra realidad. Bajo esta nueva corriente artística, como fue el surrealismo en su tiempo, la fotografía de Marr tomo un estilo más clásico, siguiendo el ejemplo refinado de Meerson. En este periodo comenzó a trabajar con un tiempo de exposición más largo para intensificar los negros. El recurso de la sobreexposición es efectivo en Les années vous guettent, imagen donde una telaraña cubre amenazadoramente el rostro de Nusch Éluard.

En 1997, a los 90 años, Dora muere completamente sola en París.