domingo, 8 de junio de 2025

Perdida en horizontes intemporales

 

Un gran circulo, similar a un espejo, es el centro de la composición de esta obra, en su interior se puede ver una mujer de pie observando una columna. El cielo nocturno se ve coronado por una luna blanca. La tierra asemeja a arena. El fondo de la obra es de color violeta, detrás del espejo figuran unas cortinas rojas y el suelo está pintado como si fuera arena. Una mujer con flores en su cabeza, que sostiene una paleta y pinceles en una de sus manos, mira el espejo, quizás ella pinta la escena. La acompaña un caracol que contiene el universo en su caparazón.

Una mujer mirándose a sí misma en un espejo que no refleja su actual persona, sino quien fue o tal vez quien será. En el espejo, el paisaje se ve desolado quizás un reflejo de su propia soledad. Un pilar le recuerda que debe tener fuerza y ser firme para enfrentar lo que puede suceder o para superar lo que ha sucedido en su pasado. La luna siempre presente, símbolo de lo femenino.

En esta obra se presenta una contraparte entre dos elementos de la pintura: el caracol y el desierto. El caracol, que acompaña a la mujer, es un símbolo de fertilidad, mientras que el desierto que se observa en el espejo, es símbolo de infertilidad.

Perdida en horizontes intemporales
Óleo sobre tela 
70 x 70 cms 
2023