sábado, 14 de diciembre de 2024

Simbolismo

 Mujer + Femenino

Yo Mujer o el Yo como Mujer.

La figura femenina, en el arte, ha sido representada para marcar estereotipos, se ha visto a lo largo de la historia como en distintas épocas las mujeres han sido pintadas, dibujadas y esculpidas según la tendencia de la etapa histórica vivida. También, la mujer ha sido tomada como figura erótica, siempre desde la visión patriarcal. Vista como el pecado, en clara alusión a Eva y en la provocación que hace emanar los más bajos instintos en los hombres, la pintora italiana Artemisia Gentileschi, víctima de violencia sexual, plasmó esto en una de sus obras: “Susana y los viejos”, basada en un relato bíblico en donde la mujer se daba un baño mientras dos viejos le proponen relaciones sexuales, ella los rechaza y en venganza, los hombres, la denuncian por adulterio. La mayoría de las pinturas de la época, que utilizaron este tema, mostraban a Susana como una mujer frívola y coqueta que flirteaba abiertamente con los hombres. Sin embargo, Artemisia opto por pintarla como una joven asustada y vulnerable que rechaza a los viejos amenazantes. Como punto final a este párrafo, consideremos, igualmente, que ciertos pecados capitales, como la lujuria y la avaricia son representados como una mujer.




 

Susana y los viejos. 1610

Artemisia Gentileschi.

 

Mirada como una obra de denuncia ante los abusos en contra del género femenino. Una clara muestra del acoso sexual que por siglos han tenido que soportar las mujeres y que, muchas veces, como en el caso de la misma Artemisia, se cuestiona o se lleva a un juicio humillante para la víctima.

En esta obra, se puede distinguir a la perfección la repugnancia de la joven y el desagradable comportamiento de los viejos, pudiendo ver reflejado esto en sus gestos, poses y composiciones anatómicas.

 

En la prehistoria abundan las estatuillas conocidas como Venus, usando a la mujer como representación de la fertilidad, donde senos, vientre, caderas y pubis se exageran en la figura femenina. Su capacidad para dar vida y nutrir se ha representado a través de símbolos como la madre tierra, la diosa de la fertilidad y la madre protectora. En algunas tradiciones, la mujer ha sido considerada como la guardiana de la sabiduría y la conexión espiritual, se la atribuyen cualidades intuitivas y una comprensión profunda de la naturaleza y la vida.

En Grecia, Mesopotamia y Roma, la mujer fue representada como Diosa. Muchas religiones y mitologías incluyen mujeres como figuras centrales. Estas deidades representan diversas cualidades, desde el amor hasta la guerra, mostrando la diversidad de roles que puede desempeñar la mujer. Sin embargo, en Egipto es mostrada como la compañía del varón. Durante el Medievo, había dos visiones sobre la mujer: Eva, la primera mujer, y María, la virgen madre de Jesús, vistas desde el lado clerical como: “Eres santa o eres pecadora”. Otra figura ocupada durante la Edad Media fue la de María Magdalena, pecadora redimida. “Durante mucho tiempo, el arte necesito una de las tres para representar a la mujer, de manera que los roles se reducían a los de madre, amante o barragana” . A finales del siglo XIII y comienzos del siglo XIV, la mujer vuelve a ser representada como objeto de deseo. Vista desde un lado erótico, cumpliendo un ideal de belleza y juventud.

En mis obras, la mujer debe ser tomada como ser independiente y libre para decidir su destino, fuera de cualquier estereotipos o roles impuestos por la sociedad a través de los siglos. Por ello, mis mujeres son seres con flores en su cabeza, un símbolo de cambio de mentalidad, de abrirse a nuevos pensamientos y abandonar lo que siempre se nos ha inculcado que significa ser mujer: madre y esposa, dejando de lado nuestros proyectos para no “defraudar” a la sociedad y cumplir el rol que esta nos ha dado a través de los siglos. Reinterpretando a la mujer como una fuerza poderosa y capaz en todos los aspectos de la vida. 

 

Montañas + Cerro

El plasmar las montañas o cerros en algunas de mis obras, tiene una referencia al lugar donde vivo: zona central de la quinta región. Me he criado rodeada de cerros, y con la vista de la montaña cerca. Son parte de mi entorno, he visto sus cambios en el paso de las estaciones y he recorrido parte de sus territorios.

Simbólicamente la montaña representa la divinidad, se le considera un lugar de encuentro entre dioses y humanos. En algunas religiones son consideradas sagradas, ya que serían la morada de los dioses, espíritus y profetas. Las montañas, como lugares elevados, han estado asociadas con la búsqueda de lo sagrado y son símbolos de transcendencia, de pureza y de eternidad. Se ha comparado escalar una montaña con el viaje espiritual, tras la culminación del recorrido la persona de corazón puro obtiene la iluminación, esto representado en que alcanzar la cumbre requiere de esfuerzo y desde la cima se logra obtener una nueva perspectiva, simbolizando la búsqueda de conocimiento, iluminación o superación personal. La idea de ascender a la cima de una montaña puede representar la superación de desafíos y obstáculos en la vida.

Como ya he escrito anteriormente, estas acumulaciones de tierra se han asociado a dioses, en especial al Sol y a los dioses del clima, a profetas y héroes. En Grecia, el monte Olimpo era la morada de los dioses, desde ese lugar regían el mundo y los asuntos humanos. Según una leyenda, Mahoma ordenó moverse al monte Safa, con esto convirtió la inmutabilidad de las montañas en alegorías de la humildad. En México, el monte Tláloc es la personificación del dios azteca de la fertilidad y la lluvia. En el antiguo Egipto, las montañas representaban el deseo de la Tierra por el Cielo: el cuerpo de la diosa Nut, el Cielo, curvado sobre el de su esposo Geb; el empuje ascendente de las montañas simboliza ese deseo físico. Similar es la creencia china de que la forma fálica de una montaña la convierte en un símbolo masculino o yang, que sugiere vida. Se creía que acercarse a la cima de la montaña acercaba a las personas a lo trascendental.

En Asia, América Central y Mesopotamia existen templos con formas de montaña que representan el centro del cosmos. Sus terrazas se asocian a la culminación del ascenso espiritual y eran entradas al Cielo. Implicaciones cosmológicas similares tienen las pirámides de Egipto. En China, Sumeria e Israel las montañas con cimas gemelas son vistas como asientos de divinidades estelares o como el asiento de la Luna y el Sol. En algunas tradiciones, las montañas son lugares de retiro y aislamiento, monasterios y ermitas, a menudo, se encuentran en las montañas, lugares donde las personas buscan la soledad para la meditación.

Las montañas suelen ser símbolos de estabilidad y solidez frente a las incertidumbres y cambios de la vida. Así mismo, con sus picos y valles se asocian con el ciclo de a la vida, los desafíos y dificultades pueden compararse con las subidas empinadas al ser escaladas, mientras que la cima es comparada con los momentos de paz y éxito. La fuerza y la resistencia también son ligadas a las montañas, ya que su resistencia a las fuerzas naturales se interpreta como metáfora de la fortaleza en la adversidad.


Granada

Este fruto simboliza el sol, la vida y la sangre. Por su gran cantidad de semillas se ha convertido en representación de la fertilidad y la abundancia, también sugieren prosperidad y generosidad. En algunas culturas orientales, creen que tener granadas en el hogar puede atraer la prosperidad y la buena suerte. En un ámbito religioso, la granada puede simbolizar la resurrección.

En la Roma antigua, las mujeres recién casadas solían llevar una corona hecha de granada y se consideraba que el jugo de esta fruta era remedio contra la infertilidad. En Grecia, la granada se asocia al mito de Perséfone, quien fue obligada a pasar parte del año en el inframundo después de comer las semillas de una granada, de esta historia es que surge una interpretación mitológica para las estaciones del año. Además, este fruto ha sido considerado un símbolo de amor y matrimonio duradero.

En algunas culturas, la granada simboliza el ciclo de la vida y la muerte. Esta fruta se vincula a la dualidad de la existencia, ya que representa la vida, sus semillas pueden dar lugar a nuevas plantas; como la muerte, el proceso de abrir y consumir la fruta. También, la han asociado con la longevidad y la vitalidad, ya que al fruto se le atribuyen propiedades nutricionales beneficiosas para la salud.

En lo personal, la granada simboliza el ovario por su color rojo carmín y por sus semillas que ya sabemos son representación de la fertilidad.