Diseñadora textil, escritora y pintora, Höch (1889-1978), es la primera mujer dadaísta reconocida de la escena berlinesa en un entorno en el que las féminas no eran bien recibidas.
A través de su collage y usando la más refinada de las ironías, fue capaz de transmitir la expresión de una nueva mujer fuerte y libre.
Su late motiv fue la reinvención del papel de la mujer en la sociedad. Desde el inicio de su obra, denunció continuamente su entorno machista y misógino en un mundo donde la mujer no aspiraba a la igualdad en ningún ámbito.
Raoul Haussman fue quien marcó un antes y un después en su vida artística. Aunque también mantuvieron una relación extra matrimonial, fue gracias a él que descubrió el proceso de creación de fotomontaje. Este fenómeno se plasma en su obra como el desarrollo de un servicio de una nueva concepción del cuerpo de la mujer.
Sin renunciar a los que había hecho hasta entonces (pinturas y acuarelas de carácter geométrico), Höch creo figuras humanas que juegan a la ironía y que mezclan rasgos europeos, japoneses y africanos en sus personajes.
También le fascina el recién creado movimiento feminista y el avance que supone para la sociedad, por lo que muchas de sus obras giran en torno a la imagen frívola que muchos medios transmiten sobre lo que entienden como la nueva mujer, así como otras de temática andrógina sobre el amor lésbico.
Siendo evidente el talento y el poder de critica de Höch, el entorno de Hausmann no la tomó en serio y casi rechazó su participación en la Primera Feria Internacional de Dada en Berlín en 1920, un escaparate del movimiento.
No fueron los dadaístas los únicos que no aceptaron a Höch por el simple hecho de ser mujer, pues el artista estadounidense Robert Motherwell en 1951 no la quiso incluir en su estudio del movimiento titulado Dada Pintores y Poetas.